En España se suicida una persona cada dos horas y media, lo que representa diez muertes por suicidio al día. Y hay otros muchos más que lo intentan cada día. Los decesos por suicidio duplican a los de accidentes de tráfico, superan en once veces a los homicidios y en ochenta a los de violencia de género (Instituto Nacional de Estadística, 2020).
El suicidio representa una tragedia que causa dolor y sufrimiento en todo el mundo.
Se trata de un problema de salud pública y, en este contexto, se ha publicado recientemente en España el Libro Blanco sobre la depresión y el suicidio cuyo objetivo es generar estrategias de prevención e intervención y promover que los gobiernos elaboren planes de prevención.
El suicidio SÍ se puede prevenir.
Y aunque todavía no sabemos cómo evitarlo, existen intervenciones que abordan la ideación y la conducta suicida. La DBT (Terapia Dialéctica Conductual) fue originalmente desarrollada para trabajar con pacientes con alto riesgo de suicidio y ha demostrado ser muy efectiva. Además de la intervención con pacientes adultos, actualmente se ha elaborado una versión adaptada específicamente para adolescentes con comportamientos suicidas que incluye también sesiones con familiares.
Los principios guía de la terapia DBT estándar para el riesgo de suicidio son:
Abordar la ideación suicida y la conducta suicida como objetivo número 1 para favorecer la seguridad del paciente. Para ello, la DBT utiliza un protocolo específico para evaluar el riesgo de suicidio a medida que avanza el tratamiento.
Además, se monitorizan los pensamientos y los impulsos de suicidio a través de las fichas diarias con las que se trabaja en las sesiones individuales.
En la DBT es importante que el paciente aprenda habilidades que puedan ser practicadas en su entorno natural. De esta manera se logra reducir el número de hospitalizaciones.
La habilidades que ayudan a reducir el riesgo de suicidio son: saber regular emociones intensas, tolerar el malestar cuando no se puede cambiar una emoción, mejorar las relaciones interpersonales y desarrollar la atención plena.
El terapeuta y el paciente pactan las condiciones bajo las cuales se puede ofrecer disponibilidad fuera de sesión para atender situaciones de crisis o de alto riesgo. Para ello, también utiliza reglas como "la regla de la mariposa"o"la regla de las 24 horas" que ayudan a no reforzar sin querer el riesgo suicida.
El terapeuta DBT cuenta con un equipo que le ayuda a lidiar con situaciones complejas proporcionándole apoyo y consejo.
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